Pais Vazco y Chicanas

Hace años que sostengo una teoría: Durante la secundaria, cuando todo es más descarnado y brutal, los hombres juegan a la humillación y las mujeres a la exclusión, y la cosa muchas veces terminan mal. Cuando los hombres crecen siguen jugando a la humillación, pero el juego cambia, se vuelve más sutil, se transforma en otra cosa: la chicana. La chicana es una forma mediada, sublimada, hasta cariñosa de humillación. Como los ciervos los hombres jugamos a pelearnos pero tenemos cuidado de que nadie salga verdaderamente herido. Cada tanto alguno pierde la línea, pero generalmente el asunto se mantiene dentro del rango de lo aceptable. La chicana es un juego que las mujeres pocas veces llegan a comprender. Nos miran con cara de que somos unos imbéciles grandes comportándose como mocosos, pero nosotros insistimos. Podemos chicanear al otro porque es de River, porque lee a Focault, o por su manera de cocinar un omelette, el tema no es importante, puede ser elevado o banal. Lo que importa es otra cosa. La chicana es una forma masculina y argentina de relacionarse entre hombres, una extraña forma de amor. Las mujeres también crecen, y siguen jugando a la exclusión.

Cuatro meses antes de ir a España les envié una mail a dos amigos que viven en Barcelona. Palabras más, palabras menos, les decía lo siguiente: Mi mujer insiste con que vayamos a Europa y nos pasemos 25 días en Barcelona, quiere ver a su hermano, estar con él, cosa que entiendo, pero 25 días en Barcelona no es mi plan de un viaje por Europa, así que se me ocurrió que para convertir ese viaje en un viaje que también sea algo divertido para mí nos vayamos los tres juntos a un Tour Gastronómico de cuatro días por el país Vasco. A los dos les encanto la idea, acordamos una fecha, y un recorrido posible en el auto de uno de ellos. Una road movie gastronómica con dos amigos en el país Vasco si era algo que me divertía.

Llegado a Barcelona el dueño del auto, que aquí llamaremos Mariano, comenzó a titubear, a dejar translucir que la cosa se le complicaba, que quizás podía unirse más tarde, y finalmente se bajo del viaje. Mi otro amigo y yo decidimos que íbamos a hacer igual el viaje, sacamos pasajes a Bilbao y partimos.

La siguiente es la crónica fotográfica de ese viaje, y al mismo tiempo parte de las fotos que le mandamos a Mariano durante esos cuatro dias.



Picadita


Ensalada de Frutos de Mar


Cangrejo Toro


Chipirones a la Plancha



Bacalao a la Vizcaina


Bacalao y Espinacas a la crema


China sosteniendo Cartel en el Guggenheim



Chorizos a la Sidra


Las Mejores Croquetas de Jamon de mi vida


Chuleton en Vitoria