Pulpo a la Gallega


La cocción del pulpo tiene dos o tres secretos. El primero de todos es que no hay que ponerle sal al agua. Si por error le ponemos sal al agua el pulpo se convertirá en una cosa babienta intragable. El segundo es que, al menos aqui en Buenos Aires, no es necesario propiciarle al molusco ningún tipo de golpes. Como el pulpo estuvo congelado si lo cocinamos adecuadamente nos aseguramos que va a estar blando y sabroso sin ningún tipo de violencia. Ponemos una olla con agua sin sal a hervir y cuando rompe el hervor viene el tercer secreto. Agarre el pulpo de la cabeza e introduzca los tentáculos en el agua, cuente hasta diez y saquelo, cuente hasta diez otra vez y vuela a introducirlo. Repita el procedimiento tres veces. Los tentaculos se enrozcaran como rizos de una niña. El cuarto secreto y quizas el más importante son los tiempos de cocción. Los pulpos que se consiguen en Buenos Aires necesitan entre 25 y 30 minutos de cocción en agua hirviendo. Transcurrido este tiempo es muy importante someterlo a una cocción pasiva de igual tiempo. Es decir apague el fuego y deje al pulpo descansando en el agua otra media hora. Transcurrido este tiempo ya tendra listo su pulpo. Corte los tentaculos con una tijera, descarte la cabeza, y rocie el pulo con aceite de oliva y pimenton. Acompañe con una papas al vapor.