Arroz blanco



En la argentina no sabemos hacer arroz. O mejor dicho casi nadie sabe hacer arroz. El otro día comimos un aji gallina con arroz blanco hecho por un argentino que estaba riquísimo. Pero claro este argentino había estado casado con una peruana. Su matrimonio naufrago pero nuestro amigo se llevo en la división de bienes una receta de arroz blanco hecho a la peruana.

Por cada parte de arroz cóndor (es importante que sea cóndor, insistió mi amigo, que había experimentado con otras marcas) la receta utiliza solo una parte y media de agua.

Lavar el arroz tres veces con abundante agua fría. El proceso implica llenar un bowl con agua fria mientras se revuelven los granos de arroz con la mano, y luego tirar el agua con el almidon, y volver a hacerlo tres veces. Una vez terminado este proceso, colar y reservar. Freír en una olla con poco aceite un diente de ajo picado bien chiquito. Hacerlo partiendo de aceite frío así todo el aceite toma el sabor del ajo. Cuando empieza a tomar apenas color agregar el agua fría y la sal (recuerden, una parte y media de agua por cada parte de arroz). Tapar la olla y espiar para saber cuando hierve. En ese momento hay que tirar el arroz y volver a tapar la olla. Espiar cada tanto la olla y cuando el arroz se consumió todo el agua y hace como ojitos bajar el fuego a mínimo (mínimo es mínimo, es decir el mínimo que se logra girando la perilla para el lado que se apaga y dejándola apenas en llama). Esperar cinco minutos de reloj. Apagar el fuego. Abrir y tirar un poco de aceite por arriba. No tocar ni revolver hasta servir en la mesa.

Estuve al lado suyo mientras lo hacia y el resultado fue maravilloso. Un arroz sabroso, no como ese al que estamos acostumbrado y que resulta de hacer arroz como si fueran fideos.

Un arroz aun con menos agua