Las ideas:
a) Ésta es una receta tradicional, la más conocida y sencilla, hay variantes que incluyen leche a partes iguales y yemas de huevo como espesante.
b) Si se quiere añadir algún aroma podría hacerse. Las de coco no llevan cacao y se añaden unas 4 cucharadas de coco cuando se retira del fuego, antes de enfriar.
c) Al igual que las trufas, pueden bañarse en variedad de productos: perlas de chocolate, cacao en polvo, azúcar, coco rallado,…
d) También pueden hacerse en el microondas. Poniéndolos a temperatura máxima, removiendo y volviéndolos introducir varias veces, hasta que tengan la consistencia deseada.
e) Una vez fríos se endurecen un poco. Hay que encontrar el punto exacto, así conseguiremos que por fuera queden duritos pero que la leche se funda en la boca.
Ingredientes
Las cantidades de cacao dependen de si los queremos más tipo “dulce de leche” o más tipo trufa. El cacao tiende a pegarse en el fondo. Hay recetas que llevan yema de huevo, pero sólo lo he visto hacer en la versión que lleva leche. La receta “tradicional”, aunque en realidad sea del siglo XX, no llevan huevo.
1 lata de leche condensada, unos 395 gr.
1 (ó 2) cucharadas de mantequilla
3 cucharadas de cacao en polvo.
Virutas de chocolate para cubrir.
(1) El una olla echamos todos los ingredientes menos las virutas y llevamos al fuego medio-bajo. Removemos con una espatula constantemente, hasta que tenga algo de espesor y al dejar de remover unos segundos y girar el cazo, se separa del fondo del mismo. El “punto” es cuando no se pega.
(2) Dejamos de remover unos segundos para que se separe mejor y vertemos en un bol untado con un poco de mantequilla para que no se pegue (había escrito “peque”) la pasta. Dejamos enfriar. Una vez frío podemos llevar a la nevera.
(3) Hacemos bolitas al estilo de trufas. Para que no se peque a las manos, las untamos con mantequilla o incluso agua. Podemos mojar la cuchara en un poco de agua caliente.